MAMADÚ VA A MORIR , El exterminio de inmigrantes en el Mediterráneo,
De Gabriele del Grande. Este libro lo tenía pendiente, depositado sobre la mesita de noche varios meses, para iniciar su lectura, pero sentía temor de empezar, quería hacerlo sin que su contenido pudiera resultarme extremadamente doloroso, en tanto describe unas vidas, las de los inmigrantes africanos que apenas valen nada. Así que lo cogí ahora, que parece que han descendido las muertes de "ilegales", "subsaharianos", "moros", o cualquier otro eufemismo que sustituya al de seres humanos que se atreven a iniciar una desesperada aventura, incierta, entre el progreso y la muerte. Ahora, podría leer este libro y salir ileso. Resulto erróneo mi pronostico, la muerte no tiene tiempos, la injusticia no es menos intolerable por que no la anuncien todos los días en la tv.
De Gabriele del Grande. Este libro lo tenía pendiente, depositado sobre la mesita de noche varios meses, para iniciar su lectura, pero sentía temor de empezar, quería hacerlo sin que su contenido pudiera resultarme extremadamente doloroso, en tanto describe unas vidas, las de los inmigrantes africanos que apenas valen nada. Así que lo cogí ahora, que parece que han descendido las muertes de "ilegales", "subsaharianos", "moros", o cualquier otro eufemismo que sustituya al de seres humanos que se atreven a iniciar una desesperada aventura, incierta, entre el progreso y la muerte. Ahora, podría leer este libro y salir ileso. Resulto erróneo mi pronostico, la muerte no tiene tiempos, la injusticia no es menos intolerable por que no la anuncien todos los días en la tv.
Mamadú va a morir es un gran reportaje en el que se habla de las víctimas de la inmigración clandestina, de la temida e inexistente invasión de africanos a Europa y de los nuevos guardianes de un cementerio llamado Mediterráneo. Desde 1988 no menos de 13239 personas murieron llamando a las puertas de la fortificada UE, víctimas de los naufragios, pero también del calor y el frío extremos del Sáhara, de los campos minados, de los disparos de la policía, de los propios traficantes de seres humanos... Y un número infinitamente superior de personas que, tras el primer fracaso, lo intentan de nuevo, todas las veces que se presente la oportunidad, pues la vergüenza del fracaso y las deudas contraídas les impiden regresar al punto de partida. Hombres y mujeres jóvenes, desarraigados y expuestos a todas las explotaciones y violencias.
«Gabriele del Grande tiene el mínimo de decencia humana para localizar una noticia y el coraje profesional, cada vez más raro, para contarla. A lo que antes se llamaba sencillamente “periodismo” hoy lo llamamos “periodismo comprometido”. Comprometido con su trabajo, comprometido con la decencia humana, del Grande sabe que el lugar de los acontecimientos no es una patera aislada cerca de Malta, sino todo el mar Mediterráneo y parte del Atlántico y África entera y todo el tercer Mundo y la Europa candada y arrogante y el capitalismo globalizador que determina una severa cartografía del sufrimiento humano. Y sabe que el verdadero acontecimiento no es la muerte de 15 eritreos y el encarcelamiento de 12 en los lager de Malta, sino la masacre de al menos 1581 seres humanos solo en el año 2007 y la reclusión, tortura y abandono de cientos de miles de ellos en campos de concentración y desiertos en Europa y en el norte de África: eso, pues, que sin ninguna exageración el teólogo Franz Hinkelammert ha definido como un “genocidio estructural”».
En la presentación del libro, hace ya unos meses, mi admirado Santiago Alba pedía responsabilidades, con esa voz de denuncia a la que nos tiene acostumbrados. «Dónde estaban la prensa y la sociedad civil mientras todo eso sucedía y por qué no se hizo nada si ya se sabía. Estas son las preguntas que mis nietos me harán cuando aprendan en la escuela que entre los años de las décadas de 1990 y 2000 entre 20000 y 30000 hombres y mujeres perdieron la vida en el Mediterráneo tratando de alcanzar Europa. Tal vez haya llegado la hora de comenzar a buscar las respuestas. O de arrimar el hombro».
«Gabriele del Grande tiene el mínimo de decencia humana para localizar una noticia y el coraje profesional, cada vez más raro, para contarla. A lo que antes se llamaba sencillamente “periodismo” hoy lo llamamos “periodismo comprometido”. Comprometido con su trabajo, comprometido con la decencia humana, del Grande sabe que el lugar de los acontecimientos no es una patera aislada cerca de Malta, sino todo el mar Mediterráneo y parte del Atlántico y África entera y todo el tercer Mundo y la Europa candada y arrogante y el capitalismo globalizador que determina una severa cartografía del sufrimiento humano. Y sabe que el verdadero acontecimiento no es la muerte de 15 eritreos y el encarcelamiento de 12 en los lager de Malta, sino la masacre de al menos 1581 seres humanos solo en el año 2007 y la reclusión, tortura y abandono de cientos de miles de ellos en campos de concentración y desiertos en Europa y en el norte de África: eso, pues, que sin ninguna exageración el teólogo Franz Hinkelammert ha definido como un “genocidio estructural”».
En la presentación del libro, hace ya unos meses, mi admirado Santiago Alba pedía responsabilidades, con esa voz de denuncia a la que nos tiene acostumbrados. «Dónde estaban la prensa y la sociedad civil mientras todo eso sucedía y por qué no se hizo nada si ya se sabía. Estas son las preguntas que mis nietos me harán cuando aprendan en la escuela que entre los años de las décadas de 1990 y 2000 entre 20000 y 30000 hombres y mujeres perdieron la vida en el Mediterráneo tratando de alcanzar Europa. Tal vez haya llegado la hora de comenzar a buscar las respuestas. O de arrimar el hombro».
El autor, Gabriele del Grande nació en Lucca en 1982. Cursó Estudios Orientales en Bolonia y vive en Roma, donde colabora con la agencia de prensa Redattore Sociale. En 2006 creó la bitácora Fortress Europe, observatorio sobre las víctimas de la emigración clandestina. También lleva las bitácoras Roma senza fissa dimora, Diario reportage, Biglietti di viaggio dalla Palestina, Da Casablanca con furore y La notte dei senza dimora (con audio), sobre los vagabundos de Roma.En 2007 siguió la ruta de los emigrantes en Turquía, Grecia, Túnez, Marruecos, Sáhara Occidental, Mauritania, Mali y Senegal, entrevistándose con las familias de los desaparecidos.
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