
Conversar con el escritor canario Fernando Delgado, autor entre otras de la interesante novela "De una vida a otra", será la excusa para mantener una tertulia literaria de nivel, para recorrer los mundos de la creación con este autor de numerosas novelas de éxito, periodista de LA SER, articulista, e incluso poeta. Será el lunes, día 28 a las 7,30 tarde.
Tras haberla leído, puedo asegurar que nos encontramos ante una de las mejores novelas del autor, y en la que se dan los ingredientes imprescindibles para asegurar que "De una vida a otra" es una obra brillante, culta y cuidada en su lenguaje, incisiva, que denuncia los métodos represivos utilizados por el régimen franquista y el papel de colaboración de la iglesia católica. Pero no es una novela que ajuste de cuentas con el pasado, ni siquiera reclama venganza o reparación de justicia, es una narración en forma de epistolar moderna, vía e-mail, que recurre al pasado como ejercicio meramente notarial, levanta acta sin más, para conducirnos a un final sorprendente y escabroso.
A continuación incluyo la sinopsis de la novela elaborada por la editorial.
La mirada de un niño sobre el internado en que se hizo adulto.
«Durante años me pregunté qué habría sido de aquel muchacho que, mediados los sesenta, vi salir un día del reformatorio canario en el que yo daba clases, y al que por la gravedad de sus supuestos delitos trasladaban a un reformatorio modelo de la península, esposado. Casi
cuarenta años más tarde intenté encontrarme en la red con aquel adolescente o con alguien que pudiera dar noticia de él. Ahí empieza esta novela.» De una vida a otra describe cómo de pronto puede cambiar el destino de una persona por motivos que ignoraba. Y de qué modo esa misma persona busca al que fue y quiere volver a ser. Una novela sobre las peripecias de la identidad, pero también un relato sobre los caprichos del destino.
La mirada de un niño sobre el internado en que se hizo adulto.
«Durante años me pregunté qué habría sido de aquel muchacho que, mediados los sesenta, vi salir un día del reformatorio canario en el que yo daba clases, y al que por la gravedad de sus supuestos delitos trasladaban a un reformatorio modelo de la península, esposado. Casi
