-Tuve la fortuna de leer en primicia la última novela de Alfons, es una novela intensa, muy bien escrita, donde el autor derrocha de su mejor escritura, yo la sentí cercana, tal vez porque conocí a su protagonista. Este jueves se preve una tertulia presentación de altura, los acompañantes de gran talla intelectual y humana seguro nos ofrecen una presentación acorde a las expectativas.
Al final, siempre está la muerte. Agazapada. Al acecho. Esperando el momento del zarpazo definitivo. Pero no siempre actúa de improviso. A veces la muerte se deleita en una espera en la que quien va a morir lo va haciendo poco a poco, queriendo, al mismo tiempo y paradójicamente, acabar de una vez y aferrarse a la vida. Y lo hace ante los ojos de quienes, espectadores expectantes y conmovidos ante una muerte ajena y cercana, esperamos ese desenlace que va a aliviarnos y a herirnos, que nos llenará de dolor pero nos desembarazará de la pesada carga de observar, día tras día, cómo escapa la vida de un ser que ya no es él, pero que lo es todavía, haciéndonos sentir culpables por los contradictorios sentimientos que nos embargan y paralizan.
Aquí, Alfons Cervera narra la muerte de su madre, acontecida tras un deterioro progresivo que la lleva a recluirse en sí misma, a buscar la soledad del vacío, a sumergirse en la nada que aguarda en la antesala de la muerte. Pero Cervera no se limita a describir el proceso que conduce al fin de la vida; este es también un libro sobre el propio autor, sobre sus sentimientos, sus recuerdos y, sobre todo, sobre nuestra condición de humanos. Y lo hace con una prosa de una belleza terrible, una prosa que difícilmente admite parangón en la literatura contemporánea en lengua castellana.
Aquí, Alfons Cervera narra la muerte de su madre, acontecida tras un deterioro progresivo que la lleva a recluirse en sí misma, a buscar la soledad del vacío, a sumergirse en la nada que aguarda en la antesala de la muerte. Pero Cervera no se limita a describir el proceso que conduce al fin de la vida; este es también un libro sobre el propio autor, sobre sus sentimientos, sus recuerdos y, sobre todo, sobre nuestra condición de humanos. Y lo hace con una prosa de una belleza terrible, una prosa que difícilmente admite parangón en la literatura contemporánea en lengua castellana.
Hablar de una madre son palabras mayores; aquí no estamos ante prosa buena o de menos categoría; aquí el sentimiento prima por encima de estilos y calidades literarias. He leído algunos tramos del libro, pocos la verdad y están tratadas las palabras desde el sentimiento cotidiano, cercano y hasta familiar para el lector. No sé aún el sufrimiento que para alfons supuso ese tramo de degeneración por la enfermedad, de ir apagándose la vela de tu vida poco a poco, aunque me lo imagino. No sé todavía las lágrimas que el autor derramó ante el ordenador mientras escribía los pasajes dolorosos, aunque me las imagino. Yo en cambio derramé poquísimas y ahora se el motivo, estaba de viaje con mi mujer e hija, nadie sabia ni donde estábamos ni cuando regresamos, fué eso un viaje en un verano por Italia. En el vuelo de Milán a Roma me invadió una idea aterradora, una idea fija que me hizo sudar. Si a mi madre le hubiera pasado algo... como me podría enterar? Era lo que más quería en el mundo. Cuando al día siguiente llegabamos a Manises, mis hermanos y sobrinos nos esperaban (Habían movido cielo y tierra para saber donde habiamos ido y cuando regresábamos) al verles allí les pregunté... cuando ha sido el entierro? Yo ya lo sabía perfectamente, alguien me lo dijo en mi interior. No lloré nada y era lo que más quería y ahora se por que. No hubo enfermedad previa, ni entierro ni duelo, ni dolor como relata Cervera, se fué así, de golpe sin hacer ruido, sin avisar. La vi sana y viva por última vez y así la recuerdo, quizás mi mente no lo asumió en estos seis años, quizás aun espere internamente volverla a ver. No derramé ni una lágrima, pero las lanzadas que aun siento en el corazón al recordarla son muy, muy dolorosas. Esas vidas como dice alfons, esas vidas que nunca ya volverán, pero que en nuestra memoria morirán con nosotros.
ResponderEliminarhola, me llamo félix(mi compañero de página es Antonio) y tenemos una página web sobre libros llamada Melibro.com
ResponderEliminarA través de una amiga he sabido de la presentación de este libro del fantástico Alfons Cervera. Me leí Maquis y la verdad me encantó. Un compañero de trabajo(una librería) me habla maravillas del resto de su obra.
Sólo comentar que me parece muy interesante que la librería Primado presente un libro de un autor como Alfons Cervera, y que la presentación la hemos incluido en nuestro apartado de "presentaciones de libros". Espero que eso ayude, y que si iba a ir mucha gente, vaya ahora aunque sea uno más(conmigo dos si me libro de ir a trabajar)
Saludos y espero vaya bien el evento
Estuve en la presentación en Gestalgar (su pueblo y el mío,como diría Miguel Henández) de la última novela que saca al mercado Alfons."Esas vidas" es probablemente la mejor novela de las que ha escrito hasta el momento.En ella ha vertido sus sentimientos más íntimos con una sinceridad aplastante,sentimientos contradictorios en apariencia que convergen en un único sentimiento de amor y que en definitiva,es un sentimiento universal,el amor a la madre,al hijo,al hermano y las emociones y la angustia que produce la certeza de la muerte inminente de un ser tan querido.Los que han tenido una experiencia similar entienden cómo es posible sentir de esa manera,pero es imposible describirlo como lo hace Alfons.La prosa que utiliza,con esos tintes poéticos que le caracterizan en cualquiera de sus obras,en ésta,roza la perfección.Creo que un lenguaje así es difícilmente superable por los autores actuales.Es un auténtico maestro en la utilización del mismo.
ResponderEliminarCompartir pueblo,amistad y alguna partidita de cartas de vez en cuando con Alfons es todo un placer.