LOS POLÍTICOS APUESTAN POR PLANTEAMIENTOS ANTICULTURALES".
“Prefiero la literatura que te golpea y te incita a pensar”
Hacen falta dos vidas para leer, observar, y aprender todo lo que se quiere. Pero, como hasta el momento solo tenemos una, habrá que aprovecharla. Por ello, pedimos consejo a Miguel Morata, responsable de la librería Primado, algo más que un punto de venta de libros.
Entrevista de Sara C. Tarancón en L´informatiu.com , el 15 de Abril 2011 la foto es de José G. Poveda
Traspasado el ecuador y, con los datos oficiales que dio el gremio de Llibrers en la mano, es momento de que hablen los que más saben. Cada caso es particular, pero para Miguel Morata, que lleva al frente de la librería Primado 24 primaveras y más de una veintena de Ferias del Libro, el balance desde el punto de vista económico, “el que se considera más importante”, es un tanto descorazonador. Afirma que se está experimentando un “freno considerable porque hablamos de un treinta por ciento menos de ventas que el año anterior”. Un ejemplo de la situación económica que se vive en el país y una “continuación de lo que está sucediendo en las librerías”. Desde el aspecto puramente literario, a esta Feria le faltan, según Morata, “autores con algo más de nivel para que pueda convertirse en un certamen de referencia”. Han sonado nombres como Almudena Grandes, que se dejó caer en el paseo Antonio Machado el pasado fin de semana o Manuel Vicent, que protagonizará un encuentro con los lectores el próximo sábado por la mañana. Aun así, “en las casetas se siguen repitiendo los bestsellers y las monografías que todo el mundo conoce” y se convierten, por tanto, en lugar de reunión de un “público que no visita en su día a día las librerías”. Se podría hacer una lista –y sería sin duda muy personal- de los autores que faltan. Para el librero, hay nombres internacionales que darían color a Viveros. “En los veinte años que llevo viniendo no recuerdo que haya venido casi ninguno y tampoco sería descabellado pensar que podemos traer a Henning Mankell, Paul Auster, Don DeLillo o Camilla Landberg”. También recuerda un capitulo en el que el poeta Benedetti vino a València hace unos ocho años, coincidiendo con los días de Feria, a dar una conferencia en la universidad y no se acercó por aquí. “Es el reflejo de que la Feria va por un lado y el mercado por el otro”. Traer, por ejemplo, a Galeano es un esfuerzo que hay que trabajarse pero sobre todo es un tema de preocupación, o mejor, de interés, para Morata.
Decían que esta es, o al menos querían que fuera, “la mejor Feria de todas”. Pero, ¿es así?: “Creo que Gloria [Mañas, directora del Gremi de Llibrers] trabaja mucho para conseguir que la feria sea un acto digno pero pienso que debería ser fruto de un esfuerzo colectivo de los libreros”. Y eso es lo que falta: una aportación extra para ampliar sus miras. Asegura que, entre casetas, apenas hay competencia y que se lo pasan muy bien estos días los libreros, rodeado de volúmenes, lectores curiosos, sol y actividades literarias. “Yo envío clientes a otras casetas cuando yo no tengo lo que buscan”.
Los imprescindibles para los jóvenes los tiene claros: “hay que volver a los clásicos del pensamiento”, aunque en Viveros no se vendan como rosquillas. “El 99 por ciento de los libros de mi caseta son mercadería, productos totalmente prescindibles”
¿Cuál es el perfil del paseante? Fundamentalmente es “gente que se entera de la feria, coge al hijo de la mano y dice vamos a darnos un garbeo. Le compran un libro al chiquillo y, para ellos, el último premio Planeta”. Así hacen su compra literaria del año que se limita a un par de libros de la Feria. Otro tipo de comprador es el “compulsivo”, que viene, a la feria o a la librería, y busca esa rareza que es difícil de encontrar. “Buscan en la cantidad aquello que les pueda gustar”. Entre los paseantes se han dejado ver muchos políticos, y “habrían venido todos, absolutamente todos si estuviésemos más cerca de las elecciones”. Recuerda que Juan Cotino se acercó a su caseta y le preguntó que cómo estaba. “Me extendió la mano pero vio que yo no dejaba de escribir y me limité a decir, bien, gracias”. ¿Y compró algo? “Esa es otra: vienen a enseñarse para que veamos que están ahí, y yo no puedo apreciar a una gente que no está haciendo nada por la cultura ni por la defensa del libro como objeto cultural”. Más bien todo lo contrario. “Apuestan por planteamientos anticulturales”. De todas formas, queda feria para rato y “seguirán desfilando por aquí, seguro”, vaticina.
Lo que tiene claro es un recomendación literaria: Némesis, de Philip Roth. “Estamos hablando de literatura de calidad, porque personalmente, la literatura de evasión no me interesa”, pero para gustos, los libros. “Yo apuesto por lecturas con compromiso”. Aunque sigua predominando el bestseller. Y la poesía, ¿se vende en la feria? “Solo hay dos casetas que la ofrecen, la mía y la de la editorial Amargord. Mucha gente pregunta por alguno de Luis García Montero, Huérfanos aún de Víctor Gómez o Mar Benegas”. La escritora de Ribarroja se lanza a la lírica en Niña pluma, niña nadie. Morata tiene un apartado “pequeño pero actualizado” de poesía y por ello vende, aunque afirma sentirse “la excepción que confirma la regla”.
Los imprescindibles para los jóvenes los tiene claros: “hay que volver a los clásicos del pensamiento”, aunque en Viveros no se vendan como rosquillas. “El 99 por ciento de los libros de mi caseta son mercadería, productos totalmente prescindibles”. Solo salva algunos títulos, por ejemplo, los que firma Erri De Luca. “Ahora entre los jóvenes están de moda los vampiros o premios Planeta pero no deja de ser literatura de entretenimiento. A mí me interesa más la que te golpea, te sacude y te incita a pensar”.
Su librería, la Primado, veterana y asidua del abril en el paseo Antonio Machado, participa activamente tanto en el certamen como en la vida cultural valenciana. Porque sí, València tiene vida literaria después de la Fira. “En la librería Primado tenemos previstas ya para el mes de mayo siete presentaciones de libros sobre poesía”. Curiosamente, fue de los primeros que comenzó a organizar actividades literarias. “Hace cuatro años apenas habían eventos de este tipo y ahora se hacen tertulias, grupos de poesía, reuniones de amas de casa…”. Pues eso, que la lectura siempre está de moda, pese a quien pese.
Gràcies, Miquel, per la claredat de les teues paruales.
ResponderEliminarD.