CAZA CON HURONES, ESTHER RAMÓN




PUNICIÓN

Para no dormirse
con ojos de asesino
y matar conejos
con las manos del sueño,
decidió clavarse la hoja
del helecho,
acercó la sombra
de su palma extendida
a la otra sombra,
y dolía más
que el dolor.

Esther  Ramón





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